Un recorrido de 30 años
marca nuestra esencia, nuestra historia.
Centrados en la producción sostenible y el bienestar de nuestros colaboradores
1989
Compra de tierras para desarrollo de finca.
1992
Venta de primer caja exportada.
2011
Incursión en venta a clientes directos (supermercados).
2012
Proyecto de urbanización “El Esfuerzo”.
2017
Crecimiento del 50% con compra de segunda finca.
2020
Crecimiento del 60% con adquisición de tercera y cuarta finca.
Historia
Grupo Esfuerzo es una empresa familiar costarricense, con más de 30 años de experiencia en la exportación de banano de excelente calidad y bajo las mejores prácticas de producción ética y sostenible
Nacimos inicialmente como Bananera El Esfuerzo en 1988, con el desarrollo de una finca en 28 Millas de Matina, en Limón de Costa Rica.
Desde entonces, hemos ampliado nuestra área de siembra de una finca a cuatro para un área total de 960 hectáreas de siembra, y exportamos a regiones tales como Norteamérica, Caribe, Europa, Medio Oriente y Asia.
Cada año, vendemos en promedio 1.6 millones de cajas, lo que equivale al 1.5% del mercado costarricense, impactando la economía local y aportando a la construcción de marca país alrededor del mundo.
Historia
Grupo Esfuerzo es una empresa familiar costarricense, con más de 30 años de experiencia en la exportación de banano de excelente calidad y bajo las mejores prácticas de producción ética y sostenible
Nacimos inicialmente como Bananera El Esfuerzo en 1988, con el desarrollo de una finca en 28 Millas de Matina, en Limón de Costa Rica.
Desde entonces, hemos ampliado nuestra área de siembra de una finca a cuatro para un área total de 960 hectáreas de siembra, y exportamos a regiones tales como Norteamérica, Caribe, Europa, Medio Oriente y Asia.
Cada año, vendemos en promedio 1.6 millones de cajas, lo que equivale al 1.5% del mercado costarricense, impactando la economía local y aportando a la construcción de marca país alrededor del mundo.
Propósito y valores
Somos una empresa caracterizada por su ética, compromiso y confiabilidad, que se guía por las buenas prácticas de responsabilidad social y ambiental.
Trabajamos por ser el proveedor referente a nivel mundial del mejor banano costarricense, siempre bajo estrictos estándares de sostenibilidad y en armonía con el planeta, priorizando el bienestar de nuestros trabajadores, sus familias y comunidades.
Además, aspiramos a expandir nuestra oferta a tubérculos y piña. Nosotros no soñamos con un planeta mejor. Nosotros lo construimos al ofrecer soluciones locales para necesidades globales, a través de la producción de alimentos y gracias al apoyo de socios, colaboradores, proveedores, clientes y consumidores.
¡Hagamos negocios y descubra cómo el banano costarricense puede cambiar el mundo!
Propósito y valores
Somos una empresa caracterizada por su ética, compromiso y confiabilidad, que se guía por las buenas prácticas de responsabilidad social y ambiental.
Trabajamos por ser el proveedor referente a nivel mundial del mejor banano costarricense, siempre bajo estrictos estándares de sostenibilidad y en armonía con el planeta, priorizando el bienestar de nuestros trabajadores, sus familias y comunidades.
Además, aspiramos a expandir nuestra oferta a tubérculos y piña. Nosotros no soñamos con un planeta mejor. Nosotros lo construimos al ofrecer soluciones locales para necesidades globales, a través de la producción de alimentos y gracias al apoyo de socios, colaboradores, proveedores, clientes y consumidores.
¡Hagamos negocios y descubra cómo el banano costarricense puede cambiar el mundo!
Exitosa trayectoria
Escuche nuestro StoryTelling
Todos soñamos con dedicar nuestra vida a aquello que amamos; hacer un impacto en el mundo y dejar un legado. Por eso, muchos hombres deciden crear su propio negocio, pero pocos, como don Eduardo Gómez, lo convierten en un grupo empresarial exitoso, reconocido internacionalmente y sostenible durante más de 30 años, y contando…
Y es que, sin duda alguna, este visionario, ha dedicado toda su vida al banano. Empezó casi siendo un niño, en 1948, como mensajero en la oficina de contabilidad de la empresa Chiquita Brands donde trabajaba su padre.
Desde ese humilde puesto, dedicaba su tiempo libre a prepararse en contaduría y a sacar la secundaria por correspondencia. Mientras otros muchachos de su edad quizás jugaban al fútbol o andaban en bicicleta, Eduardo ya se alistaba para una carrera en finanzas, administración y hasta tecnología de la información, puestos que desempeñó con eficiencia, excelencia y esfuerzo durante sus 40 años en Chiquita.
¿Lo visualiza, joven y delgado, soñando con exportar su propia marca de bananos al resto del mundo? Por esa razón es que, desde antes de emprender, Eduardo Gómez, decidió que le pondría a su anhelada empresa el nombre de El Esfuerzo “para que reflejara el esfuerzo por tener algo propio después de ser empleado de una empresa bananera por muchos años”.
Así fue como en el 88 compró las primeras 230 hectáreas en 28 Millas de Bataán de Matina. Dos años después invirtió todos sus ahorros y consiguió un préstamo bancario que lo convertiría en empresario, para eso hasta hipotecó su propia casa.
Pero El Esfuerzo no se transformaría en empresa hasta que, como pasa con los mejores líderes corporativos del mundo, enfrentara su primera crisis… El 22 de abril de 1991, un terremoto de nada más y nada menos que 7,7 grados en la escala sismológica de magnitud de momento sacudió Costa Rica y a la zona fronteriza de Panamá.
Este evento sísmico casi destruye por completo todo lo avanzado para El Esfuerzo y sumió a la provincia de Limón en un ambiente espectral y de angustia mientras en las noticias se hablaba de decenas de muertos y heridos.
¿Cómo superar eso cuando se está empezando? ¿Cómo no renunciar? Pues haciendo lo que don Eduardo sabe bien, dar su mayor esfuerzo. ¿Su motivación? Construir un patrimonio para su familia y hacer un aporte al país.
Ese, el esfuerzo, junto a la confiabilidad, el compromiso, la calidad y la responsabilidad social y ambiental son los valores que marcan su liderazgo hasta el día de hoy, como empresario y como miembro de la Junta Directiva de la Corporación Bananera Nacional (CORBANA).
Esos también son los valores que inculcó a su hijo Jaime y a su nieto Roberto, quienes ahora comparten la dirección de la empresa.
Ellos, y todas las personas que integran El Esfuerzo, han abrazado esta filosofía a través de una estrategia de Responsabilidad Social Empresarial que inició mucho antes de que las Naciones Unidas diseñara su agenda 2030 pero que también busca garantizar vivienda digna, acceso a la educación y la salud, y el cuidado del medio ambiente